domingo, 30 de mayo de 2021

Celebrar la Diversidad en la Fiesta de la Trinidad

 “Nadie se salva solo, nadie salva a nadie,
todos nos salvamos en comunidad”
Paulo Freire

¿Qué es celebrar la Trinidad sino celebrar la Diversidad?

Diversidad de personas, de ritos, de culturas, de etnias, de lenguas

Diversidad de fuegos, de pasiones, de vientos, de alientos,

de ritmos, de canciones, de himnos, de silencios…

 

Hay gente que predica la Trinidad 

para callar a los que intentamos vivir la diversidad,

de manera nada fácil, por cierto.

La ironía parece ser que los que predican 

no lo hacen desde la diversidad

sino desde la homogeneización de Dios,

tienen el poder de la palabra 

porque se animan a hablar en nombre de Dios

y se atreven también a decir que 

la única palabra certera es la propia.

 

Ven la diversidad de Dios como una subordinación de personas

y quieren replicar esta infamia en todas las relaciones.

¿Hasta dónde llegan las ansias de poder y manipulación

que son capaces de usar un Dios 

que se hizo nada para justificar su arrogancia?

Fundamentalismos, literalismos, excusas 

de interpretaciones únicas y verdaderas

que justifican el desconocimiento, la esclavitud y el desamor.

¿Qué es el Dios cristiano? Sino un Dios frágil, humano y amante…

 

¿Qué es el Dios Trino?

Sino tres Personas distintas danzando a un mismo ritmo,

unidas íntimamente en amor,

una ronda de personas variadas vistiendo la trascendencia,

un círculo perfecto confeccionado de colores primarios,

multiplicidad de colores, formas, música, fiesta y poesía.

Tres personas que crean y recrean la vida y las relaciones,

personas samaritanas buscando en los caminos de la vida 

a quien lavar las heridas,

personas peregrinas suscitando 

resurrecciones cotidianas y liberadoras.


Abrazar la diversidad es abrazar a Dios,

rechazarla es rechazar al Dios presentado por Jesucristo.

La diversidad salvará al mundo 

del aburrimiento tedioso de la homogeneidad.

La pluralidad de lenguas nos salvará de la única palabra corrompida.

Las muchas voces nos salvarán de la interpretación fallida y obsoleta.

Los muchos abrazos nos salvarán del servicio solitario.

La diversidad de colores de la lúgubre oscuridad...

 

Oremos para abrazar la diversidad e intentar la comunión en ella,

sólo así podremos abrazar al Dios que nos espera en cada persona

y transformar las cadenas que nos atan 

en relaciones amorosas de interdependencia.



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