miércoles, 8 de marzo de 2023

Somos barro, somos vasijas y somos alfareras...

    Somos seres en construcción, nos va narrando la palabra de nuestros primeros/as cuidadores/as, nos va construyendo y a esas palabras se suman otras después, las del entorno familiar, las de la escuela, las de la iglesia, las de la cultura. Palabras que nos dicen qué somos y cómo somos, que se nos van grabando de a poco, pero fijamente, que nos moldean como el alfarero o la alfarera hace con el barro.

    Con el tiempo vamos intentando decir más de nosotras mismas y menos de lo esperado por otras personas, vamos creando nueva vida para nosotras y para lo que nos rodea, pero ya no desde la mirada exterior que nos posee sino desde nuestra propia mirada. A medida que vamos madurando intentamos ser las artífices de nuestra propia vida y elegir así la vasija que queremos ser y lo que queremos realmente contener.

    Sin embargo, no podemos ser ilusas, seguimos conectadas con todas esas palabras que escuchamos desde chicas, siguen pasando por nuestro cuerpo, siguen estando ahí. Necesitamos años de continua conversión para tenernos en nuestras propias manos y crearnos con nuestras propias palabras y para esto precisamos también de otras mujeres que hayan vivido o estén viviendo los mismos procesos. No podemos solas. Así como muchas mujeres querrán volver a amasar tu greda para hacer con ella la vasija ‘correcta’, habrá también muchas otras que te acompañarán en el camino que quieras recorrer para elegir libremente quien quieres ser.

    Que cada 8M vuelvas a elegir tu libertad y autenticidad y te comprometas a acompañar sororalmente a cada mujer que quiera modelar su barro.