A lo largo de la historia han sido calladas
las voces de muchas mujeres. Narraré aquí, brevemente, el silenciamiento de una
discípula y apóstol desde la tradición y la Biblia: María Magdalena.
¿Qué dice la
Tradición de ella?
Una historia que hizo suceso en la
iglesia de Occidente fue identificar a María Magdalena con María de Betania y
la pecadora pública, fue el papa Gregorio Magno que en el año 591 lo hizo en
una de sus homilías (Homilía 25; PL 76, 1188). Esta teoría ganó popularidad en
Occidente y a pesar de no tener fundamento bíblico perdura hasta hoy. Para los
antiguos la procedencia de las personas era muy importante por eso en la Biblia
muchas veces el segundo nombre de la persona es el lugar de donde procede. Así
sucede con María de Betania y María de Magdala, el “de” indica la procedencia
de ambas, por lo tanto, ya sabemos que son dos Marías diferentes una que es del
poblado de Betania y la otra de Magdala. En cuanto a la identificación con la
pecadora pública de Lucas no hay motivos para hacer esta conexión, sobre todo,
sabiendo que el evangelista Lucas sigue a Marcos como su texto base y que, en
esta primera comunidad cristiana –Marcos (65 d.C.)- María Magdalena es colocada
como una de las lideresas más importantes de la comunidad, aún más que el
propio Pedro. Podemos pensar entonces que esta identificación con la pecadora
pública se dio sólo por ignorancia o si pensamos mal –y tal vez tengamos que
hacerlo-, se quería apagar el nombre de esta mujer con una reputación dudosa
porque ella había sido una persona muy importante para los primeros cristianos
y continuaba siendo una referente en los primeros siglos de cristianismo.
Por otro lado, de ella también se dice
que fue una mujer que estuvo muy cerca de Jesús, hasta algunos creen que podría
haber sido su compañera y esto no sería nada extraño, ya que Maestros célibes
no eran comunes en la época, aunque existieran. Pero, aunque esta historia haya
atraído a novelistas y cinematógrafos no se puede comprobar.
¿Qué dice la
Biblia de ella?
•
Ella era discípula de Jesús
Marcos es el primer evangelista en hablar
de María de Magdala como discípula, pero lo hace al final del evangelio y en el
contexto de la cruz (Mc 15, 40-41). Entendiendo que cada vez que el evangelista
habla de discípulos de Jesús incluye a las mujeres que lo seguían, servían y
subían con él a Jerusalén, la encontraremos en todo el Evangelio.
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María Misionera - Ma.Van Galen fmm |
Sólo el evangelista Lucas habla de ella
lejos del contexto de la muerte y resurrección y en el capítulo 8 nos informa
que ella era una de las discípulas que acompañaba a Jesús junto con los doce y
lo servía con sus bienes. Sólo Lucas dice que de ella salieron siete demonios.
Esta información aparece en Marcos 16,9 que es un apéndice del evangelio- el
evangelio de Marcos terminaba en el verso 8 del mismo capítulo-. Alguien que
encontró el desenlace de la Buena Nueva muy abrupto resolvió agregar las
apariciones de Jesucristo y agregó también años más tarde a la redacción del
evangelio esta información de María que no se tenía en el cuerpo del mismo y
que no coincide con la descripción que el evangelista da sobre ella
anteriormente (Si el evangelio de Lucas fue escrito alrededor de los años 85-95
podemos pensar que estos agregados en Marcos, escrito inicialmente en el año
65, son de esta época). Lo que queda claro en esta perícopa es que el
discipulado era de varones y mujeres y que los doce no eran los únicos que
seguían a Jesús. María Magdalena era una discípula suya también.
“Y poco después, El comenzó a
recorrer las ciudades y aldeas, proclamando y anunciando las buenas nuevas del
reino de Dios; con El iban los doce y también algunas
mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades:
María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios y Juana, mujer
de Chuza, mayordomo de Herodes, y Susana, y muchas otras que de sus bienes
personales contribuían al sostenimiento de ellos.” (Lc 8, 1-3)
•
Ella estaba junto a Jesús en el momento de la
crucifixión
Mateos y Marcos van a decir que ella junto con
otras mujeres acompañó a Jesús hasta su muerte después de seguirlo desde
Galilea y servirlo durante su ministerio. Y el evangelista Juan va a colocarla
junto a la cruz de Jesús. En el momento crucial de la vida de Jesús él es
abandonado por los apóstoles, pero no es abandonado por las mujeres. Marcos
utiliza tres verbos fuertes en esta cita: seguir, servir y subir. Estos hablan
del modelo ideal de discipulado en el evangelio, es decir, los verdaderos
discípulos para Marcos son los que siguen los mismos pasos de Jesús, los
que sirven como él y los que están dispuestos a entregar su vida por
otros (subir a Jerusalén) y estos verbos no los utiliza para ninguno de
los doce sino para el grupo de mujeres liderado por María Magdalena. Ya el
evangelista Juan va a decir que sólo las mujeres son capaces de quedar de pie
junto a Jesús en el momento de dolor extremo. Ellas son las que conforman la
comunidad modelo en este evangelio, una comunidad que permanece de pie junto a
los que sufren formando un solo cuerpo incapaz de romper, ellas son fuertes y
unidas como la túnica de Jesús que por ser de una sola pieza y sin costura
tiene que ser sorteada entre los solados porque no puede ser dividida.
“Y muchas
mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para servirle, estaban
allí, mirando de lejos; entre las cuales estaban María Magdalena, María la
madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.” Mt 27, 55-56
“ Había
también unas mujeres mirando de lejos, entre las que estaban María Magdalena, María,
la madre de Jacobo el menor y de José, y
Salomé, las
cuales cuando Jesús estaba
en Galilea, le seguían y le servían; y había muchas otras que habían subido con El a Jerusalén.”
Mc 15, 40-41
“Y junto a la cruz de Jesús estaban su
madre, y la hermana de su madre, María, la mujer de Cleofas, y María Magdalena.” Jn 19, 25
•
Ella acompañó la sepultura de Jesús
También Marcos y Mateo se ponen de acuerdo al
decir que María Magdalena estaba allí acompañando la sepultura de Jesús y
observando donde colocaban su cuerpo. Era costumbre ungir el cuerpo de los
muertos con perfumes y mirra, María sigue los ritos enseñados y sale de su
dolor para honrar el cuerpo de su Maestro.
“ Y María Magdalena y María,
la madre de José,
miraban para saber dónde
le ponían.” Mc 15, 47
“Y María Magdalena
estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.” Mt 27,61
•
Ella fue la primera testigo de la
resurrección de Jesucristo
Y todos los evangelistas van a hablar de
ella como la primera en testimoniar la resurrección de Jesucristo y la primera
anunciadora de esta Buena Noticia. Es difícil que los cuatro evangelistas se
pongan de acuerdo en algo, es difícil que ocurra esto aún en los sinópticos sin
embargo aquí sucede con los cuatro evangelistas. Una coincidencia tan grande
solo puede ser posible si el hecho tiene mucha probabilidad de ser histórico o
si las tradiciones cristianas del primer siglo respetaban a María Magdalena como
una figura altamente relevante. María Magdalena es la escogida por Jesucristo
para ser visto, oído y tocado, para amarlo y anunciarlo. Ella es la primera
apóstola, la primera comunicadora de la resurrección, la primera persona
enviada a anunciar a los discípulos la nueva vida de Jesús. (Cfr. Mt 28, 1-10;
Mc 16, 1-10; Lc 24, 1-10)
“Y el
primer día de la semana María Magdalena fue temprano al sepulcro,
cuando todavía estaba oscuro, y vio que ya la piedra había sido
quitada del sepulcro. Entonces
corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo:
Se han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto. (…) Pero
María estaba fuera, llorando junto al sepulcro; y mientras lloraba, se
inclinó y miró dentro del sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco,
sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los
pies. Y ellos le dijeron: Mujer, ¿por qué lloras? Ella les dijo: Porque se
han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto. Al decir esto, se
volvió y vio a Jesús que estaba allí, pero no sabía que era
Jesús. Jesús
le dijo: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que
era el hortelano, le dijo: Señor, si tú le has llevado, dime dónde le has
puesto, y yo me lo llevaré. Jesús
le dijo: ¡María! Ella, volviéndose, le dijo en hebreo: ¡Raboní! (que
quiere decir, Maestro). Jesús
le dijo: Suéltame porque todavía no he subido al Padre; pero ve a mis
hermanos, y diles: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro
Dios.” Fue María Magdalena y anunció a los discípulos: ¡He visto al
Señor!, y que El le había dicho estas cosas.” Jn 20, 1-2. 11-18
Y nosotras… ¿qué
decimos? ¿qué diremos?
¿Por qué hemos escuchado tan poco de esta mujer? ¿Por
qué es tan importante para algunos resaltar lo que sólo aparece una vez en los
textos en lugar de mostrar lo que aparece con tanta firmeza en todos los
evangelios? ¿Por qué una mujer no puede ser la elegida por Cristo para
anunciarlo?
Callar la propia Biblia para callar el liderazgo
indiscutible de una mujer, apagar su dignidad inventando historias de demonios
para mostrarla frágil, inferior, callar su discipulado y apostolado para callar
el discipulado y apostolado de las mujeres de hoy, eso es lo que conseguimos
ocultando lo que dicen los textos evangélicos.
Estos silencios muestran iglesias que aún hoy les
cuesta hablar de la igualdad y dignidad de todas las personas, de iglesias que
aún hoy someten la mujer al varón y cultivan la idea entre sus fieles que hay
tareas diferentes y exclusivas para uno y otro sexo, de iglesias que se aferran
con fuerza a algunos versículos bíblicos mientras desconocen o pisotean otros.
María Magdalena fue una discípula de Jesús, pero
no cualquier una, ella fue una importante líder de la primitiva comunidad
cristiana y fue la elegida para ser la primera testigo de la resurrección de
Cristo, la primera anunciadora de la Buena Nueva. Ella fue y continúa siendo
apóstola de los apóstoles.
Ella abrió caminos para nosotras en esta
aventura. Continuemos sus pasos…
Celebremos su fiesta, nuestra fiesta, la de todas
las mujeres.
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Dos mujeres corriendo por la playa - Picasso
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