No sé cómo vienes pasando hasta
aquí la cuarentena, pero creo que es claro que, si al menos tienes internet para
estar leyendo esto que te comparto es porque continuas con algún contacto exterior
para los lazos sociales tan importantes en tiempos de aislamiento. ¿Y en tu
casa estás sola o acompañada? ¿Cómo se organiza la familia en estos días? ¿Cómo
son las relaciones? ¿Has experimentado angustia, miedo, soledad? ¿Te has
aburrido o te has cargado de trabajo?
Pregunto sobre lo que voy
experimentando en lo personal y familiar. Ya no se pueden diferenciar los días
porque en un espacio reducido y con las mismas personas cada día, intentamos de
alguna manera reproducir tareas, hobbies y entretenimientos, precisamos de
rutinas y de escapes, así como de momentos comunitarios y de soledad.
Y lo personal afecta lo
comunitario, por eso cuando alguien está mal todo el grupo se ve afectado de
alguna manera. Cómo importa en este tiempo, el conocimiento que tengamos los
unos de los otros. Mirarnos detenidamente, saber cuando alguien se levantó
triste, impaciente, nervioso, para hacernos presencia amorosa y paciente de los
dolores o ansiedades de la otra, del otro.
Vivimos un tiempo distinto, no es
un finde largo que pasamos en casa porque llueve torrencialmente, son días de “encierro”
obligatorios en que se nos presentan muchas veces los barrotes del miedo a la
muerte y la soledad y donde se ve limitada nuestra libertad. La libertad física
está limitada al espacio geográfico que habitemos y en esto, nuestras casas o
departamentos jugarán un papel importante, no es lo mismo estar en un lugar que
tenga un patio, aunque sea chico, sobre todo si hay pequeños, a pasarlo en un
departamento, pero tampoco es lo mismo transcurrirlo en un ambiente super
iluminado y ventilado a padecerlo en un ambiente pequeño y oscuro. Los ambientes
que habitamos harán más pacíficos o más tediosos nuestros días porque todo nos
influye.
Y si los ambientes tienen ese
poder en nuestro semblante, en nuestras emociones, qué decir de los vínculos
generados con las personas que convivimos. Podemos haber cultivado una sana
convivencia, con gente que nos ama y que amamos y eso generará cada vez más
atracción y deseos de estar con el otro. Y aún amándonos habrá momentos
difíciles, de rispidez y conflictos, porque cada uno luchará por su espacio y
con sus fantasmas internos y eso se sentirá en el grupo familiar.
No tengo la autoría de la imagen, si eres tú, házmelo saber. |
Ahora, si hay minutos que se
hacen cuesta arriba al lado de seres queridos, imagina qué sucedería si estuvieras
en el mismo espacio reducido compartiendo con personas que amabas pero que hoy ya
no te demuestran ni siquiera cariño. Imagínate padeciendo la violencia, sufriendo
vínculos negativos, tóxicos, manipuladores, agresivos que se fueron generando con
el tiempo casi sin darte cuenta y que hoy te mantienen atrapada en una
pesadilla sin fin. Imagina una cuarentena padecida con este tipo de persona,
imagina una cuarentena con el virus de la muerte dentro de tu propia casa. ¿Cómo
defenderse? ¿Con quién contar?
No todas estamos a salvo en
nuestros hogares, hay muchas mujeres y niñas que conviven con sus verdugos y posibles
femicidas. Desde las medidas de aislamiento en el marco de la pandemia ya son
12 los femicidios en Argentina. Mujeres que, como vos y yo, un día soñaron con la
posibilidad de ser felices y vivir en libertad.
En este aislamiento, estemos
atentas a los pedidos de ayuda de las personas vecinas o mujeres de nuestras redes. Hoy
más que nunca nos necesitamos.
Teléfono: #144
E-mail: linea144@mingeneros.gob.ar
WhatsApp: (+54) 1127716463 y 1127759047/48
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